Declaración conjunta

París, 8 de diciembre de 2022

La LDH (Ligue des droits de l’Homme), la Fédération nationale de la Libre pensée, la Vigie de la Laïcité, Solidarité laïque y la Union rationaliste no han cesado de recordar su adhesión a la ley del 9 de diciembre de 1905, ley de libertad y emancipación. Su oposición a cualquier modificación sustancial que cuestione el espíritu de este texto fundador de la identidad republicana se inscribe en una perspectiva más amplia de defensa de todas las libertades públicas.

Sin embargo, es evidente que, bajo la presión de una interpretación ideológica impuesta por una parte de la clase política y por ciertos columnistas o polemistas, retransmitida por medios de comunicación de dudosa línea editorial, se está confirmando una deriva securitaria, a veces incluso teñida de xenofobia, que nada tiene que ver con el laicismo consagrado en nuestra Constitución en 1958.

Para algunos, el laicismo debe convertirse en una seña de identidad extendiendo la neutralidad de la administración pública a, potencialmente, todo el ámbito social.

Así, la ley de 24 de agosto de 2021 “por la que se refuerza el respeto de los principios de la República”, conocida como “ley separatismo”, refuerza aún más las limitaciones, impuestas en nombre del orden público, al ejercicio de las libertades fundamentales reducidas a meras proclamaciones. Modifica no menos de 17 códigos y varias leyes esenciales. Muchas libertades públicas se ven afectadas: la libertad de conciencia y culto, la libertad de expresión, la libertad de asociación, el derecho a la educación y la libre administración de las autoridades locales. El mandato de “laicidad”, que irónicamente ocupa su lugar junto al mandato de “libertad”, aumenta la capacidad de los prefectos para controlar los actos y decisiones de las autoridades locales; el “contrato” de compromiso republicano (CER), que debe firmar toda asociación que solicite una subvención pública, contradice el carácter liberal de la ley de 1901; los nuevos controles sobre las asociaciones religiosas tienden hacia un sistema de autorización previa contraproducente que socava el principio de separación.

La LDH (Ligue des droits de l’Homme), la Fédération nationale de la Libre pensée, la Vigie de la Laïcité, Solidarité laïque y la Union rationaliste se inquietan por el futuro de la laicidad, convertida en instrumento de coacción y conformismo ante los poderes públicos. Más que nunca, denuncian las desviaciones y derivas que observan en el debate público y afirman su voluntad de defender la plena laicidad, principio no partidista de libertad y paz civil.

Firmantes: Fédération nationale de la Libre pensée, LDH (Ligue des droits de l’Homme), Solidarité laïque, Union rationaliste, Vigie de la Laïcité

Contacto: Oficina de prensa de la LDH: presse@ldh-france.org / 01 56 55 51 15