Antonio Vergara Lirà
Isla Negra (Chile), 24 de octubre de 2019.
Me permitiré algunas opiniones personales, las que coinciden con diversos artículos de prensa, españoles y franceses, que me parecen serios.
Sin entrar en el problema más grave, pues en Chile todavía rige la Constitución Política de la República, emitida durante la dictadura de Pinochet – 1980 -, la cual no ha sido posible modificar seriamente, pues necesita un quórum muy alto en el Parlamento, que la derecha pinochetista con su 30% lo impide, entre otras medidas que afectan a la democracia del país.
En Chile están registrados para votar 14.400.000 personas. En las elecciones presidenciales de 2017, se abstuvo de votar el 53% de los ciudadanos. Piñera ganó con el respaldo del 26.3% y la izquierda obtuvo el 20,7%.
Concretamente, sin respaldo popular, Piñera ha gobernado por dos años exclusivamente con el apoyo del poder económico y los políticos de derecha.
Por lo tanto el pueblo chileno salió a las calles a luchar por sus derechos y en contra de los abusos de los poderosos.
Como explicas que se use esa forma represión tan tremenda y que ha hecho tantos muertos.
La derecha política que dirige al país tiene una mentalidad fascista y pinochetista.
Las fuerzas armadas formadas con influencia prusiana, son de tendencias nazis.
Qué relación con lo que ocurre en otros países de América latina?
Todo lo que ocurre en este Continente es grave y sus pueblos se van coordinando.
Algunos ejemplos: Argentina, están derrotando a la derecha… pero en las urnas; Bolivia se mantiene un gobierno popular, pero la derecha quiere objetar las recientes elecciones de presidente; Perú, todos los ex presidentes objetados por corrupción; Ecuador, su levantamiento fue un ejemplo e influencia para los chilenos; Brasil, al mando con un loco derechista y criminal; Venezuela, en caos luchando contra el bloqueo de los norteamericanos: etc. etc.
Qué soluciones para los pueblos de América latina y de todo el mundo frente a esa política « neo-liberal » como dicen los medios?
Creo que estamos en medio de un cambio de historia de la humanidad, ante el fracaso de las políticas económicas inhumanas, generadas por la codicia de los poderosos; donde el dinero y el consumo están sobre la felicidad de hombres y mujeres; donde los dogmas religiosos están en franco retroceso gracias los avances científicos; el desarrollo del librepensamiento sacará de la oscuridad mental que tienen muchos; la maravillosa tecnología moderna… pero que está llevando a la cesantía de millones de trabajadores; lo que traerá a corto plazo graves dificultades.
Es decir, el problema es bastante serio.
¿Cómo empezó el caos en Chile?
El gobierno chileno aumentó (de $800 a $830 pesos chilenos = € 0,047), el pasaje del tren subterráneo – metro –, que diariamente es usado por casi 3 millones de personas.
Este valor ínfimo fue “la gota que rebalsó el vaso” y generó las protestas de los estudiantes secundarios y universitarios, entrando masivamente al metro sin pagar y levantando las mamparas de cobro para que los pasajeros ingresen de forma gratuita.
El viernes 18 de octubre, los disturbios aumentaron con el apoyo masivo de otras personas de todas clases sociales. La violenta intervención de la policía, intentando sacar a los manifestantes, generó un enfrentamiento muy grave, jamás vivido en las jornadas más violentas del país, distante de la imagen timorata y sumisa que todavía quedaba de la criminal dictadura de Pinochet y todos sus adláteres civiles que actualmente están en el gobierno junto a Piñera.
¿Qué hizo el gobierno de Sebastián Piñera?
El sábado 19, de madrugada, el presidente Piñera declaró “estado de emergencia” y, por primera vez en democracia, desde 1990, los militares salieron a las calles fuertemente armados y con tanquetas. Además la medida implicó una restricción en la libertad de movimiento y de todo tipo de reuniones masivas. Pero eso incrementó las manifestaciones y los actos delictuales.
Unos 10.000 militares y policías fueron desplegados en las calles de Santiago.
Hasta el momento se reportaron al menos 20 muertos, más de 300 heridos, infinidad de desaparecidos y más de 2.000 detenidos.
En la noche del sábado 19, Piñera dio marcha atrás en la subida del precio de los pasajes del metro. Esto no frenó las protestas, pues esos centavos de euros, no tienen ninguna relevancia ante verdadero problema social.
¿Cuál fue la reacción de la población?
Desde el domingo 20 las protestas se extendieron a todo el país, que se mantienen a esta fecha. Cada día tenemos edificios públicos y privados con destrozos; paros de: trabajadores portuarios; profesores; salud pública; entre otros vandalismos generalizados.
Esto llevó a extender el “toque de queda” en diversas ciudades. Se suspendieron las clases y varios comercios resolvieron no abrir por seguridad de los empleados.
Ante esto Piñera dijo: “Estamos en guerra de un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible”.
Es decir, con la insolencia propia de la derecha política y económica actual, NO ENTIENDE EL PROBLEMA SOCIAL de las grandes masas de chilenos agobiados por la falta de ingresos económicos que casi no les permiten sobrevivir.
¿Qué hay detrás?
Estabilidad, crecimiento y disciplina fiscal eran cartas de un país ejemplar en el entorno complicado de los países del Cono Sur de América, pero estas cuentas escondían una sociedad muy desigual, con una clase media en el filo del precipicio económico, un sistema educativo deplorable; y, una situación general que no permitía mejoras en lo social de la inmensa mayoría de los habitantes nacionales e inmigrantes.
Desde el exterior del país solo se veían los logros de Chile, pero dentro hay altos niveles de fragmentación, segregación y una juventud, que si bien no vivió la dictadura; que se restó de votar hace muchos años; pero que se hartó y salió a las calles a mostrar su rabia y decepción; lo explican los entendidos.
¿Cómo se ve la desigualdad en números ?
Chile cuenta con una inflación de 2% anual, una pobreza por ingreso de 8,6% y un crecimiento esperado para este año de 2,5%, uno de los más altos en una región en crisis.
Además tiene el ingreso per cápita más alto de América Latina (€ 17.500). Pero por otra parte cuenta con un criticado sistema de pensiones que jubila a la mayoría con rentas inferiores al salario mínimo; elevados costos en salud y educación; y, la constante presión del mercado inmobiliario, que hace a muchos, imposible acceder a una vivienda; todo lo cual se convirtió en una situación difícil de contener.
A esto se suma el elevado endeudamiento de los hogares chilenos. Uno de cada tres mayores de 18 años tiene un saldo financiero que no puede enfrentar con sus recursos. Este endeudamiento afecta en especial a miles de personas que sufren el agobio de pertenecer a una clase media, para la cual no hay muchos beneficios sociales.
¿Cómo sigue la situación?
No está claro cuándo terminarán las protestas. Por lo pronto, el metro de Santiago abrió parcialmente una de sus líneas. Varios soldados resguardan los ingresos.
El gobierno chileno anunció que, además del metro, se dispondría de más de medio millar de autobuses públicos, municipales e interurbanos, que se complementarán con taxis privados para copar la demanda de transporte de los habitantes de la capital chilena. En tanto, las clases fueron suspendidas en la mayoría del país.
El presidente y autoridades, del alicaído gobierno, se están reuniendo con presidentes de partidos y parlamentarios, tanto de gobierno como de oposición, para poder explorar y ojalá avanzar hacia un acuerdo social. Pero, increíblemente nos se han considerado las organizaciones sociales ni los trabajadores.
Un fraternal abrazo,
A. Vergara Lira