El Gran Ducado de Luxemburgo no tiene constitución laica, lo cual confiere pleno poder al ejercicio de los cultos. El culto católico se ha vuelto la norma según la cual uno tiene que orientarse. Ello tiene como consecuencia que todo lo cultual, sobre todo lo católico, se vuelve automáticamente de índole cultural.
Desde luego, la pandemia no ha logrado romper dicha dominación católica ! Cuando el culto viene a ser una prioridad política, la cultura retrocede. Por lo tanto, tocaba celebrar navidad y las Pascuas con todos los medios disponibles.
La Iglesia católica no escatima los deslices. De este modo, el cura de Diekirch celebró la misa durante varios días en el átrio de la iglesia, en tiempos del primer confinamiento estricto, cuando el acceso de las iglesis estaba prohibido al público, antes de que lo llamasen a la orden.
La Iglesia católica no ha faltado la oprtunidad, con la ayuda de los medias, de reclamarse como representante de la consciencia colectiva. En RTL – radio, el 13.12.2020, el programa « Carta blanca » se dedicaba a justificar la apertura de las iglesias durante el confinamiento. El argumento empleado es muy diciente : « en donde dos personas se reunen en mi nombre, me encuentro en medio de ellos » … Palabra de Jesús !
En cuanto a las contradicciones generadas por una una gestión que afectaba especialmente a los ancianos, la Iglesia quedaba callada. El « Librepensamiento de Luxemburgo » tomó posición, publicando no sólo en Facebook sino también en « La voz del Librepensamiento n° 351 », y eso, durante el confinamiento, el mensaje siguiente :
« La gestión de la crisis sanitaria de la Covid-19 se vuelve cada vez más contradictoria, lisonjera y humillante, particularmente en lo que toca a la problemática de de los ancianos, declarados vulnerables.
Claro está, que incluso en tiempos de pandemia, la dignidad humana no debe perderse despuès de cumplir los 65 aňos y una colocación bajo tutela por parte del Estado a falta de los medios de protección adecuados no es admisible ! Incluso en tiempos de pandemia los ancianos deben seguir siendo ciudadanos .
El confinamiento -pero también el desconfinamiento- deben hacerse con miras a restablecer una situación sanitaria sin riesgos, y esto, dentro del respeto de las libertades de todos los ciudadanos ! ».
Si algunos de los grandes eventos del culto católico en Luxemburgo debieron ser anulados, como por ejemplo la « procesión bailable » en Echternach, el martes de pentacostes, ou la procesión fianal del « Octavo » que suele reunir miles de asistentes, una reorientación práctica pronto se ha intaurado durante la pandemia : la Iglesia católica se ha convertido al numérico. Las misas toleradas han sido – y aun lo son – difufundidas mediante las redes sociales. Ha sido un gran éxito hasta el punto que la tasa de audiencia ha explotado. No es una real sorpresa, la Iglesia sólo esperaba el momento adecuado para convertir sus ovejas a la era numérica ! Pués, como decía el Padre francés Th Hubert : « El Señor sabe como utilizar esta mediatización espiritual » .
Según la teoría de la Iglesia católica, cada uno necesita tener fe durante esos tiempos difíciles, e incluso los que no creen… y en el Gran Ducado de Luxemburgo los medias prestan mano.
La pandemia de la Covid-19 no ha modificado el impacto clerical sobre la sociedad, al contrario, la Iglesia católica, gracias a su influencia societal, sigue siendo más potente que nunca.
Edouard Kutten