BLOG DE KEIH PORTEOUS WOOD *
Por qué las instituciones francesas toleran y facilitan las actas de pedofilia?
En el mes de marzo, un tribunal de Lyon liberó a Bernard Preynat, a pesar de que el ex sacerdote hubiese reconocido culpable de violencias sexuales a gran escala sobre menores y ello durante varias décadas. Preynat ha sido condenado a cinco años de cárcel; sin embargo, en la espera de una apelación, no fue encarcelado.
Durante el proceso 85 víctimas, expusieron su testimonio. El mismo Preynat admitió que había agredido y abusado sexualmente niños desde los años 60; se estima que hubo unas 2000 víctimas. Desgraciadamente la mayoría de esos crímenes caen bajo el plazo de prescripción extrañamente corto en el derecho francés. Sea lo que fuere, la condena equivale a un día de cárcel por cada una de sus víctimas.
La condena fue inferior a mínimo ocho años de cárcel, según recomendó el fiscal. Incluso, ocho años de cárcel parecen una condena suave en contra de un pedófilo de tal calaña quien no manifestó remordimiento alguno en cuanto a sus crímenes. La mayoría de sus víctimas eran scouts.
Además de abusar de la confianza que le otorgaba la institución religiosa en su calidad de sacerdote, Preynat abusó de la confianza que le daba en su calidad de jefe scout. Desde luego tenía amigos en la cumbre de la cúpula. Fue protegido sucesivamente por cinco cardenales arzobispos de Lyon: Renard Decourtray, Balland, Billé et Barbarin.
El caso Preynat se ha vuelto famoso cuando el cardenal Barbarin fue reconocido culpable de no haber señalado a las autoridades los servicios infligidos a los niños por el sacerdote y eso en contra de las leyes francesas relacionadas con la obligación de señalamiento.
Preynat reconoció ante el tribunal haber reconocido sus crímenes ante Barbarin en 2010 y 2014. Sin embargo, solamente “le colgaron los hábitos” en 2019. O sea, más de medio siglo después de que la Iglesia se había enterado de que abusaba sexualmente de los niños. En este particular, el cardenal Barbarin es impenitente y en cuanto a sus propios errores al no denunciar a Preynat, considerándose como víctima puesto que esas fallas arruinaron su reputación.
El Ministerio público se había negado a convocar a Preynat ante los tribunales, obligando sus víctimas a entablar demandas privadas que conllevaron a un veredicto de culpabilidad. A pesar todo, la condena de Barbarin fue anulada por la Corte de apelación, por lo cual las víctimas de Preynat apelaron dicha sentencia ante la jurisdicción francesa de alto rango.
El potente documental sobre la lucha de los demandantes por la justicia titulado “Gracias a Dios”, desató una empestad en Francia. El título proviene de la frase pronunciada por Barbarin ante periodistas chocados: “Gracias a Dios la mayoría de los delitos están indultados por la prescripción”.
Muchos franceses las mismas víctimas se sienten completamente abandonados por el sistema judicial francés. Algunos expertos opinan que Preynat, quien cumple 74 años, podría llegar al término de su vida sin haber purgado ni un día de cárcel. La excarcelación de semejante predador pedófilo tan peligroso, en la espera de la sentencia de apelación que podría tardar años, es un agravio de más a los ciudadanos concernidos.
El caso Preynat / Barbarin no es más que un aspecto de un problema enorme. Una investigación de la televisión francesa reveló que 25 obispos católicos protegieron 32 religiosos que abusaron de menores en Francia en el curso del último medio siglo. Algunos entre ellos fueron trasladados a otras parroquias o al extranjero, lo cual es una estrategia clásica de la Iglesia católica.
Cuatro de esos obispos siguen ejerciendo su ministerio y Barbarin dimitió recientemente frente a la presión de la opinión pública y de los medios de comunicación. Ninguno de ellos ha sido inculpado y aún menos encarcelado por haber burlado las leyes sobre la obligación de señalamiento, y eso, por un sistema judicial que, al parecer no ve ninguna dificultad en dejar libre a un predador tan peligroso como Preynat.
El obispo titular de Beauvais y sus dos antecesores omitieron denunciar al sacerdote Roger Matassoli, acusado de múltiples crímenes sexuales sobre menores durante seis décadas. Fuentes policíacas francesas afirmaron que Matessoli estaba protegido.
La lista de los 25 obispos queda incompleta: por ejemplo excluye el obispo de Bayeux, cuya omisión de señalamiento solamente fue revelada en razón de la publicidad en torna al asesinato de Matessoli a finales del año 2019. El presunto asesino de Matessoli afirma que éste había abusado de él y de su padre anteriormente y que su abuelo se suicido al enterarse de ello. Al suspecto le imputaron problemas mentales y actualmente está detenido en el hospital de la cárcel.
Si los obispos hubiesen obedecido a la ley de obligación de señalar, posibles víctimas de Matassoli hubieran escapado a su destino, dos personas no hubieran fallecido y un joven no enfrentaría la posibilidad de vivir en un manicomio carceral. Algunos observadores opinan que su salud mental merece reexaminarse.
Aquello me encamina a cuestionar la complicidad de las más altas esferas del Vaticano. El Comité de los derechos del niño en 2014 criticó severamente el Vaticano a propósito “de los sacerdotes felicitados por no haber denunciado los abusadores de niños”, refiriéndose en una carta autorizada por el Papa Pablo II en relación con el obispo Pecan de la diócesis francesa de Bayeux-Lisieux. Más tarde fue condenado por no denunciar los abusos.
Funcionarios y entidades de alto rango en el Vaticano incentivaron rotundamente la desobediencia a las leyes francesas, que exigen, entre otras cosas, el señalamiento de los presuntos abusadores.
En 2015, el Prefecto de la Congregación por la doctrina de la fe de la santa Sede aconsejó al Cardenal Barbarin “evitar el escándalo”, despreciando las leyes francesas sobre la obligación de señalamiento, consejo que, al parecer Barbarin siguió entusiasmado.
El hecho de no señalar un maltrato sobre un menor no es un crimen sin víctima. Como lo muestran muchos documentos, tales fallas han permitido otros abusos, escalonados en varias décadas, arruinando cantidad de vidas, causando – a distintos niveles- un costo enorme a la sociedad.
De pronto los ciudadanos franceses necesitan la apertura de un debate sobre el mantenimiento del poder de la iglesia católica en Francia, a pesar de la “presunta laicidad republicana” que muchos políticos invocan cuando se permiten prohibir el porte del velo en Francia y las oraciones públicas de los musulmanes. Parece que la República Francesa ha retrocedido a la época pre revolucionaria, cuando los príncipes de la Iglesia podían burlar el derecho civil en toda impunidad.
Cada uno debería disfrutar de igualdad ante la ley, por eso os invito a todos, incluyendo los medios de comunicación, a llamar la atención sobre cualquier favoritismo y excepcionalismo, de los cuales se benefician las sectas religiosas y les permiten actuar fuera de la ley.
Pido insistentemente una amplia reforma de la legislación sobre el señalamiento obligatorio en Francia con el fin de reforzar las sanciones en caso de omisión de señalamiento de abusos cometidos sobre menores en las instituciones e incluso dentro de las escuelas confesionales, las unidades de boy scouts y otras entidades, y, en la espera de la presión pública sobre las autoridades, que ellas apliquen las leyes existentes.
Las leyes de prescripción de dichos crímenes deben ser revisadas para tener en cuenta, que en promedio, las víctimas de abusos necesitan 33 años para manifestar lo que padecieron cuando niños. La protección de quienes denuncian estos crímenes es también esencial. Todas estas reformas han sido recomendadas por el grupo de presión “Mandate Now”.
La aplicación y la ejecución de las leyes existentes y la reforma de esas leyes son necesarias para asegurar la conformidad de la ley francesa con el artículo 19 del Convenio de las Naciones Unidas relativa a los derechos del niño que apunta: “… proteger al niño contra cualquier forma de violencia, de vulneración o des agresiones físicas o mentales, incluyendo los abusos sexuales.
* Keith Porteous Wood es uno de los portavoces de la Asociación internacional del Libre Pensamiento, encargado de la campaña contra los crímenes sexuales de los representantes de las Iglesias. Es también Presidente de National Secular Society en el Reino Unido.
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Comentario de un sacerdote francés que desea conservar el anonimato:
“… su artículo es absolutamente correcto. Qué funciona mejor en sociedad se escribe raramente. Muy a menudo existe un vínculo entre el fiscal general del tribunal y el obispo del lugar en los departamentos franceses. Por lo tanto, la mayoría de los casos de pedofilia deberían tratarse de manera diferente. También tiene razón al señalar que la prescripción es demasiado corta en Francia y que hay un obstáculo para la notificación. Conozco un caso en el tribunal de Châlons-en-Champagne. Abuelos habían señalado el peligro de un sacerdote para sus nietos. El obispo ha retirado al sacerdote del ministerio. La gendarmería llevó a cabo una investigación y la gente del país se retractó de su testimonio, dejando a esta pareja de abuelos, que había venido a la región para su jubilación, solos en sus afirmaciones. El fiscal de la República de Châlons, de acuerdo con el obispo del lugar, citó a los abuelos ante la justicia por denuncia calumniosa. Fueron condenados y su castigo fue agravado por el Tribunal de Apelación de Reims. Se han visto obligados a abandonar la región y tienen que pagar varios miles de euros por su dolor, a pesar de que son buenas personas con ingresos muy modestos. Tiene usted razón en actuar para que la justicia se haga mejor y se haga mejor en Francia.”
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