Fédération Nationale de la Libre Pensée
libre.pensee@wanadoo.fr – http://www.fnlp.fr

¡Justicia para las víctimas de los abusos sexuales de las Iglesias!

Muy interesante es el artículo que publica “Le Point” el 23.05.2014. Leámoslo íntegramente: “Molesto, a la hora en que el Vaticano saca brillo a nuevas armas contra los curas pedófilos. Según el padre de una joven víctima, la diócesis de París ha protegido y sigue todavía protegiendo a uno de sus sacerdotes, pese a que fue condenado en abril de 2012 por “agresión sexual sobre menor de 15 años por persona que abusó de la autoridad de su función”. El tribunal de gran instancia de París había, en aquel entonces, sentenciado al padre C. a seis meses de prisión con sobreseimiento, pena a la cual se sumaba “la prohibición, por plazo de cinco años, de ejercer una actividad profesional o benévola que implicara un contacto habitual con menores”.

¿Suficiente para que la Iglesia impida todo nexo futuro entre el condenado y sus jóvenes fieles? El papa Francisco lo va machacando desde su llegada al Vaticano: murió la omerta; un riguroso principio de precaución debe ser aplicado de ahora en adelante. A pedido del Santo Padre, una comisión de expertos se desloma buscando los procedimientos que tiene que elaborar para sobrellevar los asuntos. A principios de mayo, dicha comisión dio a conocer que 848 sacerdotes habían sido conminados a colgar los hábitos a consecuencia de actos pedófilos, y 2.572 otros “aislados” en monasterios. ¿Y qué fue del padre C.? Luego de ser condenado, la diócesis de París lo nombró en su servicio de archivos, para luego, en otoño pasado, nombrarlo capellán en un hospital privado católico de París… ubicado en el barrio donde vive la familia de la víctima.

Sólo por casualidad el padre del chico abusado descubre el anuncio del nombramiento: la diócesis no encontró necesario informarle. “¡Lo vuelven a poner en contacto con personas vulnerables! ¿Tenemos que pensar que volverá dentro de un plazo a encontrar una parroquia ? ¡Se están burlando de nosotros! Entendamos que “Ellos” son, en primer lugar, Monseñor Andrés XXIII, arzobispo de París, a quien el padre del chico se había dirigido en junio de 2011 después de descubrir los SMS apasionados que el cura de su parroquia le mandaba a su hijo de 14 años. La denuncia que presenta entonces en la Brigada de protección de menores queda archivada sin consecuencias en setiembre del mismo año por falta del testimonio de la víctima. Y la respuesta que recibe del arzobispo se resume así: “vaya Usted en paz y a otra cosa”.

Falso, evidentemente falso, asegura hoy la diócesis – que no desea sin embargo publicar el tenor de lo dicho. “No teníamos en aquella época todos los elementos para evaluar la gravedad del asunto, pero fuimos muy precavidos y alejamos a ese sacerdote de la parroquia”. En efecto, durante el otoño, mandan al sacerdote a un monasterio en Marruecos. Pero, durante el verano anterior, él acompañó las Jornadas Mundiales de la Juventud. Desde su retiro, sigue mandando mensajes al adolescente quien acaba confesándolo a sus padres. Se abre una nueva investigación, se pone al sacerdote en detención preventiva. Esta vez, la diócesis asegura que mandó un expediente a la Congregación por la Doctrina de la Fe, la que, en el Vaticano, sigue los expedientes relativos a pedofilia. Después de esto, habría avalado las decisiones tomadas por el arzobispo. “Fuimos más lejos haciendo públicas las acusaciones emitidas contra ese sacerdote, para que otras víctimas eventuales puedan manifestarse”.

Durante las audiencias, el sacerdote reconoce su atracción por los muchachos jóvenes, una tendencia homosexual, y deja entender que lo segundo es para él menos grave que lo primero. Admite además tener sentimientos obsesionales hacia el adolescente, y hacerle “caricias” sobre el torso, a veces por debajo de la ropa. Añade el joven que repetidas veces el sacerdote intentó besarlo. “Al principio no era nada sexual, pero es cierto que pasó a serlo”, declara el sacerdote, citado en el informe sobre los motivos del fallo dictado en abril de 2012. “Como el joven volvía, yo no era consciente de causarle un trauma”. El tribunal condena, recalcando que los perjuicios sexuales son “extremadamente leves”, y considera después de un peritaje que no es necesario recurrir a un tratamiento.

“Hemos respetado escrupulosamente las recomendaciones de la justicia, asevera la diócesis. En el hospital al que fue asignado, está enmarcado por un grupo de capellanes.Y sobre todo, no cuenta el establecimiento con un servicio de pediatría. “Puede haber ahí pacientes de unos 15 años y pico, matiza el director del hospital, pero son muy pocos”. El padre del joven descubrió el asunto en el semanario Marianne del 16 de mayo próximo pasado. Y le rechinan los dientes. “Supongo que se trataba de reinsertar a ese sacerdote, la intención era seguramente buena. Pero es probable que, en el futuro, nos pongamos más vigilantes con las personas que nos proponga el arzobispado.”

Al día de hoy, este último no decidió todavía nada en cuanto al porvenir del padre C. dentro de la capellanía. “Es nuestro hospital de proximidad, dice sublevado el padre de familia. ¿Se imagina Usted que allí me internen, que yo pida recibir la comunión y que me tope con él? ¿Cómo pudo ser tomada semejante decisión? Siendo que, aún después del fallo, él había intentado volver a ponerse en contacto con mi hijo”. “Asqueado”, se declara dispuesto, si fuera necesario, a defender directamente su causa en Roma. “La Iglesia es una familia. Nuestro papel, para nosotros creyentes, es apoyar a los sacerdotes, pero también decir las cosas que no van. De un lado, el Vaticano se muestra hoy extremadamente firme sobre esos asuntos; de otro, la Iglesia de París actúa como si nada hubiese ocurrido. “Por lo menos, actuó demasiado poco, y demasiado tarde”.

Varios comentarios se imponen

Primero, quien emite, apoyándose en pruebas, esta terrible acusación contra la Iglesia, que ella encubre las artimañas de un sacerdote pedófilo, no es un libre pensador sino un creyente al que no se lo puede sospechar de anticlerical.

Luego, el desarrollo de los hechos y el lugar dentro de la jerarquía de la Iglesia católica de las personas incriminadas (especialmente el arzobispo de París) tiran abajo todo el sistema de propaganda de la Santa Sede que afirma combatir la pedofilia en sus filas, y no respeta una decisión de la justicia hacia un pedófilo condenado.

Al fin, este asunto, junto con otros, demuestra cuán justificada es la decisión del Congreso fundador de la AILP ( Asociación Internacional del Libre Pensamiento) de Oslo en 2011, de lanzar especialmente una campaña “para revelar y denunciar los crímenes cometidos por los sacerdotes”. Tendremos ampliamente la oportunidad de discutir de dicha campaña durante el IVº Congreso de la AILP en Londres el lunes 11 de agosto. Para eso, es necesario que muchos estemos presentes y ayudemos a nuestros amigos de distintos países a efectuar el viaje.

“Queremos que se haga justicia para con las víctimas de las Iglesias. Justicia no es arrepentimiento. El arrepentimiento es un criterio religioso que sólo compromete a las Iglesias, las cuales se ubican así por encima de las leyes humanas. Queremos justicia, lo que implica, en caso de responsabilidad reconocida, sanciones tanto judiciales como financieras y morales.

Justicia para las víctimas de abusos sexuales por parte de las Iglesias;
dichos abusos sexuales se revelan como una institución dentro de la Institución.”

¡La Federación de París del Libre Pensamiento lo llama a unirse a su lucha!


Este artículo también está disponible en formato PDF.

Formulario de inscripción, IVº Congreso de la AILP en Londres el lunes 11 de agosto (PDF)