Querido amigo Christian:

Ayer, cuando pensaba que todo estaba perdido para poder poner fin a la Constitución fascista de la República de Chile, creada durante la dictadura militar de Pinochet, las figuras del presidente del Senado (Álvaro Elizalde, agnóstico declarado, miembro del Partido Socialista) y el presidente de la Cámara de Diputados (Vlado Mirosevic, librepensador activo, del Partido Liberal) lograron desbloquear, después de tres meses, el acuerdo político para normalizar los problemas con el fin de llegar a una nueva Constitución política para Chile, por la que hemos estado luchando desde la revuelta social de 2019.
Ha habido un acuerdo transversal en la comisión que ha estudiado el problema, de todos los partidos democráticos del país, del centro derecho al partido comunista, excluyendo al partido republicano neofascista.

Sin embargo, aunque parecía poco probable que se llegara a un acuerdo, dos acontecimientos ocurridos durante el fin de semana dieron el impulso necesario para superar las diferencias que se oponían. La primera fue la indignación provocada en varios sectores por la irrupción de un grupo que se hacía llamar “amarillos” el viernes pasado, que hizo abortar un acuerdo, un movimiento político supuesto sin interés, con ambiciones políticas y poder económico desmesurados, lo cual es difícil de explicar.

El segundo hecho es una entrevista pública a José Antonio Kast, líder del neofascismo chileno, que tiene la intención de perseguir la Constitución amañada por el dictador Pinochet en 1980, poniendo en una posición difícil a los partidos de centroderecho que se habían comprometido a continuar el proceso de la nueva Carta Magna, que apoyan sobre la base de sus intereses económicos, si se mantiene la democracia en Chile.
Si se confirma el fracaso definitivo de las negociaciones, ello confirmaría también que a la derecha, la única voz que cuenta es la del sector más extremo, conservador y fascista. Este ala derecha que nunca ha querido, no quiere y probablemente nunca querrá una nueva Constitución. Un sector que, en un momento dado, ha cedido al proceso constituyente, es por temor a que la alternativa sea peor. Este sector ha presionado a la derecha más moderna durante todo el proceso de diálogo. Una derecha que, aunque está convencida de la necesidad de una nueva constitución, es consciente de que su electorado está ampliamente convencido de lo contrario. Por lo tanto, tenía miedo de dar la impresión de capitular ante la izquierda “vencida” y de aceptar una fórmula que pondría en peligro, en el plano electoral, lo que se ha logrado hoy.

Por otra parte, existe también un sector de la izquierda, afortunadamente minoritario, que no acepta la realidad del resultado del plebiscito y busca interpretaciones, más para reafirmar sus convicciones que para comprender el pensamiento de la mayoría. Este sector prefiere mantener una demanda permanente de cambio, en lugar de ceder a un proceso que podría conducir a una nueva Constitución insuficiente para su sociedad ideal.
Afortunadamente, cuando parecía más difícil, prevalecieron la prudencia y la responsabilidad. En este ámbito, los presidentes del parlamento bicameral han sido personajes clave.

Con estilos alejados del conflicto y centrados en los acuerdos, con prudencia, sin dejar de mantener un diálogo abierto y sin la desesperación de convertirse en los protagonistas, se han impuesto sin duda, en tiempos de tanta mediocridad, como figuras políticas de una estatura que no habíamos visto desde hace años, siendo la presencia en el documento final de la “laicidad” uno de los puntos más importantes.

También es importante informar que en las actividades políticas chilenas, el “Capítulo chileno de la AILP”, que reúne “todas” las organizaciones de libre pensamiento del país, tiene especial relevancia, en este caso particular, el “Centro Cultural Valentín Letelier”que representa al Partido Radical de Chile, una organización política y de libre pensamiento fundada en 1863, que actualmente forma parte del gobierno progresista que gobierna Chile.

Fraternalmente suya,
Antonio Vergara Lira
Director y portavoz de la AILP

Isla Negra, 13 de diciembre de 2022

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