o más concordatos en Europa

Ni religiones establecidas y oficiales

¡Y bienes y beneficios terrenales de las Iglesias!

El mundo entero está conmocionado por las revelaciones que ha sacado a la luz el informe presentado en Francia por un alto funcionario, el Sr. Sauvé, que además es abiertamente católico , a raíz de los trabajos de una Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE). Más allá del número de sacerdotes abusadores (la República de Irlanda sigue ostentando el triste récord en este ámbito), lo que asusta es el número de víctimas revelado (330.000), y más aún, el informe señala que esta cifra está muy por debajo de la realidad.

Ahora bien, es esta misma Iglesia católica romana, que repugna cada día a más ciudadanas y ciudadanos de todos los países, la que vemos hoy a la ofensiva para recuperar los fondos públicos y una influencia política sobre los derechos y la vida de las mujeres, los hombres y los niños.

La Mesa Europea de Coordinación del Libre Pensamiento (BECLP) había organizado en Francia, en Metz, en diciembre de 2017, un simposio en el que participaron los dirigentes de las principales asociaciones internacionales de laicistas y de librepensadores (AILP, HI, FHE, IBKA), así como ponentes de numerosos países (Polonia, España, Grecia, Francia, Italia, Portugal, Finlandia, Escocia, Luxemburgo, Alemania). En aquel momento, establecimos un diagnóstico: los Concordatos (acuerdos políticos entre los Estados y la Santa Sede) que existen en muchos países y cuyo número ha aumentado en los últimos treinta años son un punto de partida para aumentar los pagos financieros de los impuestos de los ciudadanos y extender el sistema a otras confesiones.

Cuatro años después, la Mesa Europea de Coordinación del Libre Pensamiento investigó y aquí están los resúmenes de los primeros resultados:

* En España – La Constitución española de 1978 es formalmente “aconfesional” (ninguna religión puede ser llamada religión de Estado), pero obliga al Estado a tener relaciones con la Iglesia católica. Los acuerdos de 1979 sustituyen al Concordato franquista, pero éste nunca ha sido derogado.

4 acuerdos siguen vigentes, a saber,

– el acuerdo en cuestiones económicas, que posibilita la financiación a través de un porcentaje del impuesto que convierte a la Iglesia en una carga obligatoria en los presupuestos del Estado.

– El acuerdo sobre educación convierte la religión en una asignatura obligatoria, basada en la participación voluntaria de los alumnos, con profesores de religión nombrados por la Iglesia pero pagados por el Estado. También exige de los medios de comunicación que respeten los sentimientos religiosos.

– El acuerdo sobre cuestiones jurídicas ofrece un régimen especial para la religión católica, el matrimonio religioso está reconocido civilmente, así como la asistencia religiosa en instituciones sanitarias, orfanatos, prisiones, etc.

 El acuerdo sobre la asistencia religiosa en las fuerzas armadas crea un estatuto de capellán militar con el rango y los emolumentos de la alta jerarquía militar.

  • En Polonia, el Concordato de 1993, ratificado en 1998 por un presidente de izquierdas, es hoy un punto de apoyo para el gobierno ultrarreaccionario que se apoya en la derecha clerical que ha conseguido reducir los derechos de las mujeres a casi nada: el aborto está casi totalmente prohibido desde finales de 2020, la píldora del día después es muy difícil de conseguir. Pero los derechos de todos los ciudadanos están ahora amenazados, el Concordato y sus partidarios le han permitido a la Iglesia católica que se apodere de la Recolección con la esperanza aquí también de obligar la rueda de la Historia a que dé vueltas para atrás.. En definitiva, como dicen las mujeres luchadoras y los ciudadanos laicos: “Aquí las leyes las escriben los curas y no los diputados”.

 

  • En Alemania – Con el Concordato del Reich de 1933 (precedido por los concordatos en Baviera, 1924, y de Prusia, 1929), la Iglesia católica dio a la dictadura nacionalsocialista una fama internacional. A cambio, la Iglesia católica recibió una garantía de gran alcancelos derechos adquiridos, incluidos los bienes inmuebles y la propiedad, sus facultades teológicas y los beneficios estatales a pagar. El terreno común de la Iglesia católica y los nacionalsocialistas era el antisemitismo y el anticomunismo. Como agradecimiento al Concordato del Reich, en 1934 se ordenó el registro ilegal de la pertenencia religiosa en los documentos fiscales, lo que convirtió la recaudación estatal de los impuestos eclesiásticos en un eficaz mecanismo de recaudación de fondos para la Iglesia, – una normativa que sigue vigente hasta hoy día en Alemania.

 

  • En Italia – Gracias al Concordato, Italia sigue siendo el mayor benefactor del Vaticano. Los poderes económicos, políticos y sociales de la Iglesia están inextricablemente vinculados a la inconclusa separación de la Iglesia y el Estado, iniciada tras la unificación de Italia y detenida por Mussolini quien, el 11 de febrero de 1929, entregó a la Iglesia del Vaticano el Pacto de Latrán o “Concordato”. El fascismo se derrumbó, pero su Concordato se mantuvo como una mancha negra en la Constitución, aunque sólo se menciona en la Constitución republicana, que reconoce por primera vez la laicidad del Estado.
    En 1984, el Pacto del Concordato se renovó por orden del jefe de gobierno, Bettino Craxi, y esta renovación ofreció a la Iglesia un formidable trampolín para volver a impregnar la sociedad italiana: reconoció “los principios del catolicismo como parte del patrimonio histórico del pueblo italiano”. Una formulación que legitimaba en todos los aspectos esta soberanía indirecta que el Concordato de Mussolini ya había concedido al Vaticano.

 

  • En Francia – Firmado entre el Papa Pío VII y el Primer Cónsul Bonaparte el 15 de julio de 1801, el Concordato estableció que la religión católica era la de la mayoría de los franceses. La ley del 9 de diciembre de 1905 sobre la Separación de las Iglesias y el Estado puso fin a este Concordato. Sin embargo, el Concordato napoleónico sigue existiendo en tres departamentos del Este del país: régimen de sacerdotes asalariados por la República, obispos nombrados por el Presidente de la República a propuesta del Vaticano, y ventajas exorbitantes para los cleros reconocidos. Esta situación persiste en un momento en el que, según los principales medios de comunicación, las creencias están disminuyendo notablemente, y una reciente encuesta indicaba que menos del 50% de los ciudadanos son creyentes. La mayoría de los alsacianos y los habitantes del Mosela ya no quieren Concordato (sondeo del IFOP). El Obispado de Metz llegó a admitir recientemente que menos del 1% de la población del Mosela asistía a las misas dominicales. A pesar de esta situación, el Concordato de 1801 va a celebrar tranquilamente su 220º aniversario.

 

  • En Portugal: La Primera República Portuguesa separó las Iglesias del Estado mediante la ley del 20 de abril de 1911. El Concordato salazarista (1940) otorgó, como reacción, al catolicismo un estatus de religión estatal casi oficial. En 1976, la Asamblea Constituyente aprobó el artículo 41, que garantiza “la libertad de conciencia, de religión y de culto” y asegura que “las Iglesias y otras comunidades religiosas están separadas del Estado y libres en cuanto a la propia organización”. Pero un nuevo Concordato, rubricado el 18 de mayo de 2004, entre el Vaticano y la República Portuguesa “garantiza el carácter excepcional de las relaciones entre Portugal y la Iglesia Católica sin que nada contradiga el ordenamiento jurídico portugués”.

 

  • En la República de Irlanda: La Constitución de 1937 sigue en vigor en la República de Irlanda: “En nombre de la Santísima Trinidad, de la que emana toda autoridad y a la que deben ajustarse todas las acciones de los hombres y de los Estados, como propósito supremo nuestro, Nosotros, el pueblo de Irlanda, reconociendo humildemente todas nuestras obligaciones para con nuestro Señor, Jesucristo (…) adoptamos, promulgamos y nos entregamos a esta Constitución. En el pasado reciente, en tres ocasiones, el pueblo irlandés se ha pronunciado sin ambigüedad por el derecho al aborto, por el derecho al matrimonio para todos, contra un supuesto delito de blasfemia. La senadora Ivana Bacik, siguiendo a la diputada Liz O’Donnell, dijo: “Ha llegado el momento de hacer una campaña a favor de una constitución laica que represente el carácter pluralista de la sociedad.”

– A todas estas ventajas escandalosas para las representaciones nacionales del Vaticano, hay que añadir las ventajas terrenales y los abusos de todo tipo para los ortodoxos, galicanos, luteranos, calvinistas y otras formas de protestantismo y de “Iglesias establecidas“.

Ante esta situación inaceptable, el BECLP propone una conferencia internacional que podría celebrarse el 8 de ABRIL de 2023 en París, donde se votó la ley de Separación de las Iglesias y el Estado y donde se celebró un Congreso Mundial del Libre Pensamiento en 1905.

Esta conferencia estará precedida por un gran banquete republicano contra las prohibiciones religiosas en Montmartre, entre la plaza Nadar, donde se encuentra la nueva estatua del Caballero de la Barre, y la basílica del Sacré-Coeur, monumento clerical.

En esta ocasión, el Libre Pensamiento volverá a colocar simbólicamente la estatua original del Caballero de la Barre frente a la basílica, donde había sido erigida y luego retirada bajo la presión de la Iglesia.

Esta conferencia tendría en su agenda el siguiente punto:

“¿Qué medidas concretas hay que tomar para acabar con los concordatos  y los escandalosos bienes y ventajas terrenales de las Iglesias?

Para ello, se aprovechará el año 2022 para fomentar, centralizar y compartir las aportaciones  que nos llegarán como resultado de este llamamiento.

Por ello, llamamos los librepensadores, los humanistas, los ateos y agnósticos, y ciudadanas y ciudadanos y asociaciones de toda Europa apegados a la libertad absoluta de confianza, a que se preparen a mandar sus contribuciones y fomentar el debate público sobre un tema que ha vuelto a ser central.

Hoy en día todo va a favor de una

¡ derogación total de estos desvergonzados privilegios!