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Declaración de la Coalición Atea Polaca sobre
la Celebración de la Canonización de Juan Pablo II en Polonia

Domingo 27 de Abril de 2014

La Asociación “Coalición Atea” se siente obligada a protestar contra la atribución al rango de Evento Oficial de la celebración de la canonización de Juan Pablo II en Polonia.

La canonización es un acto estrictamente religioso, practicado por la Iglesia católica romana. El proceso de elevación está sometido a la presentación de dos casos documentados de milagros atribuidos al candidato a la santidad, a través de su intermediación con dios. No ponemos en cuestión el derecho de los creyentes de practicar su culto según los principios de su religión. Sin embargo la afirmación de milagros u otras manifestaciones del pensamiento mágico, como la tristemente célebre plegaria por la lluvia en el parlamento polaco, por la autoridades públicas, incluidas las más altas autoridades del Estado, entre ellas el Parlamento polaco, el Presidente y el Primer Ministro, constituye la promoción por parte del Estado de actitudes irracionales contrarias a las opiniones científicas y a las aspiraciones de la sociedad instruida.

Asimismo, la sociedad polaca moderna en vías de laicisación, rechaza el dogmatismo y el conservadurismo extremos impuestos por la Iglesia católica que violan los derechos humanos, en particular los derechos de la mujeres y de los homosexuales, así como limitan las libertades y los derechos civiles en la esfera de la libertad de conciencia, de palabra y de expresión, discriminando a las personas de otras confesiones o a los ateos. Esto es debido a la apropiación del sistema jurídico por la religión católica o a la violación de la ley, incluso de la Constitución y otros actos jurídicos, tales como la ley sobre las garantías de libertad de conciencia y de religión. En este contexto, es imposible no mencionar el rol que Juan Pablo II ha jugado en el proceso de deformación confesional de los principios de la vida política y social en Polonia.

El reconocimiento y el respeto por la persona de Karol Wojtyla es un asunto privado de cada uno y cada una. Dejemos que los historiadores respondan a la pregunta de si Juan Pablo II fue un ícono de la libertad, un hombre providencial, un héroe nacional y un gran patriota. Hoy, el servilismo del gobierno polaco hacia un Estado extranjero – el Vaticano – para realizar el espectáculo de su propaganda levanta la desaprobación de numerosos ciudadanos. La Constitución polaca nos garantiza la neutralidad del Estado y su autonomía en relación a la Iglesia. El comportamiento de las autoridades oficiales polacas, comprendida la presión ejercida sobre el Parlamento para obtener la adopción por aclamación de una resolución de gratitud por la canonización de Juan Pablo II, constituye un atentado a la letra y al espíritu de la Constitución. Se suma también la protesta contra los enormes gastos, cuyo monto no ha sido divulgado públicamente, para financiar la celebración de la canonización de Juan Pablo II en Polonia, que serán cubiertos por el dinero de los contribuyentes polacos.

Exigimos que la canonización de Juan Pablo II sea reconocida como un acto puramente religioso, al cual un Estado neutro no le puede dar una dimensión política. Llamamos a las autoridades del Estado a conformarse a las normas de un Estado democrático de derecho en el cual ningún ciudadano sea favorecido ni discriminado a causa de la fe profesada o de la ausencia de ella, y que la identidad nacional no esté ligada a la religión.

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